“Voy en el metro y la gente camina demasiado lento. O muy rápido. O hace demasiado frío. O un calor insoportable. Me duele todo, estoy cansada y el mundo me parece un lugar inhóspito. Lloro con los anuncios. Me peleo con la gente en la cola del súper y os mataría a todos por un trozo de tarta”. La persona pacífica y paciente que has sido el resto del mes está hasta las narices de callarse y ha tomado la palabra a voz en grito. Hablo del Síndrome Premenstrual.